Los gimnasios se están recuperando después de la pandemia, pero esto no quiere decir que estén haciendo las cosas bien. De hecho, según este artículo publicado en CMD Sport, en el primer trimestre de 2022 “se percibe una caída del 11% en el grado de satisfacción de los actuales clientes de gimnasios, con respecto a 2021”. Esto se debe a diversos factores como la vuelta a la masificación de los negocios fitness y la falta de atención por parte de los operadores a las necesidades actuales de sus clientes.
Retener a los clientes existentes debería ser tu máxima prioridad, ya que es más económico y más efectivo que captar nuevos clientes... pero no les solemos prestar tanta atención. Juegas con una ventaja: se le está dando mucha más importancia a la actividad física que antes de 2020 y además muchas personas han descubierto los beneficios del deporte.
Aquí van cinco acciones que puedes empezar desde ya para que tus clientes se queden contigo forever and ever:
Si a tu gimnasio van personas, no las trates como si fueran robots. Que sí, que tendrás algún cliente que lleve toda la vida entrenando y solo le haga falta que no haya cola para sus jalones para ser feliz. Eso sí, ten por seguro que este tipo de perfiles son bastante volátiles: en cuanto abran otro gimnasio cerca más barato y con mejores máquinas, chao pescao.
Para crear una comunidad es fundamental que provoques interactuaciones entre tus clientes, a través de las siguientes vías:
Ten en cuenta que 8 de cada 10 clientes del sector fitness vienen recomendados por un amigo o un familiar así que... ¡anima a todos tus clientes a que traigan a gente! Así no solamente conseguirás nuevos clientes, sino que lograrás que los que ya tienes tengan una motivación extra para ir a entrenar.
Otro de los motivos por los que puedes perder clientes es porque no ven resultados, es decir, no aprecian ningún cambio físico. Que sí, que tú sabes (y nosotros también) que no todo es actividad física y que sin una buena alimentación da igual hacer cinco clases de spinning a la semana. Peeeeero... igual tus clientes no lo tienen tan claro.
Por eso, si ofreces servicio de nutrición y lo presentas de una forma lo suficientemente atractiva a tus clientes, puedes lograr que estén más comprometidos con el centro. Hay dos beneficios importantes asociados a este servicio:
¿Has oído alguna vez eso de “que no te coman la tostada”? Pues básicamente se trata de no dejar que otros te quiten a tus clientes haciendo algo que tú todavía no haces. Por ejemplo, si tus clientes están huyendo a centros boutique porque buscan entrenamiento funcional o crosstraining, es hora de que empieces a revisar tu parrilla de actividades y la distribución de tus instalaciones.
Seamos realistas: el fitness está en constante evolución y hay que escuchar al mercado. Olvida la frase “es que siempre lo hemos hecho así” porque ya no sirve.
De nuevo, partimos de la premisa de que las personas buscan personas. ¿Ya te has dado cuenta, verdad? Se trata de lograr que tus clientes tengan contacto con alguno de los empleados de tu gimnasio. Dependiendo del modelo de negocio, esto puede ser a través de actividades dirigidas, de entrenamientos personales o de realizar un proceso de onboarding para todos aquellos que se apunten al centro.
Imagina que ese cliente está desmotivado y lleva dos semanas sin venir... ¿crees que si le llama una persona del departamento comercial para ver qué está pasando será efectivo? ¿O tiene más sentido que le llame su entrenador, el que le conoce y sabe cuáles son sus flaquezas? Si organizas bien a tus empleados es fácil dedicar unos minutos cada día a que tus clientes se sientan importantes.
Este es, probablemente, el punto más importante: tienes que saber quién se va, por qué se va y quién está pensando en irse. Si no tienes control sobre lo que está pasando en tu negocio, ¿cómo vas a mejorar?
Hoy en día es posible tener a mano todos estos datos si tienes el software de gestión adecuado. Es más, gracias a la Inteligencia Artificial es posible predecir qué clientes tienen un alto riesgo de abandono, ya sea porque llevan tiempo sin venir o porque sus valoraciones no han sido positivas.
Establece una serie de KPIs, analízalos de forma recurrente y... ¡toma medidas!