El yoga ha subido en popularidad en los últimos años y se ha renovado completamente, adaptándose a las necesidades de la población occidental. Pero... ¿tu negocio se ha adaptado también?
Te contamos paso a paso cómo abrir un estudio de yoga y triunfar en el intento.
Analiza cuál es tu esencia a la hora de plantear tu estudio de yoga. Tener claro POR QUÉ haces lo que haces es fundamental a la hora de transmitir ese mensaje a tus clientes.
👀 Visión: la dirección hacia la que apuntas en el futuro. Define dónde quieres estar y los valores de tu organización.
🚀 Misión: piensa cómo vas a llegar a donde quieres, cuáles son tus propósitos y objetivos principales relacionados con tus clientes.
Si no tienes muy claro por dónde empezar, respira hondo y reflexiona sobre las siguientes preguntas:
Una vez que hayas resuelto estas preguntas, puedes redactarlas y guardarlo para tenerlo siempre presente.
Hablar de números es fundamental a la hora de comenzar un negocio. Puedes contar con un asesor para que te oriente en cuestiones económicas si no es lo tuyo, pero lo importante es tener claro que el negocio que estás planteando es rentable. Para ello, puedes contestar a preguntas como:
Todas estas cuestiones son la base que conformará tu plan financiero, pero hay muchas más a tener en cuenta, en función de la legislación de tu zona y los requisitos que se establezcan para este tipo de negocios.
Una de las claves para que tu estudio de yoga tenga éxito es encontrar una ubicación perfecta. Sí, ya sabemos que no es una tarea fácil y que quizás el local ideal tiene un coste demasiado alto, pero debes analizar si la zona en la que te vas a ubicar tiene una población lo suficientemente grande y el número de competidores a tu alrededor.
Ten en cuenta los siguientes factores:
Todo el mundo está deseando probar tu centro de yoga pero... ¡tienen que saber que existe! Para eso es fundamental que elabores una estrategia de marketing que te permita dar a conocer tu centro:
Te recomendamos que para el inicio cuentes con ayuda de profesionales o con herramientas que te faciliten estas tareas.
Si tu estrategia de marketing ha funcionado bien y han empezado a llegar alumnos a tu centro, ¡estás en el buen camino! Pero ahora viene la tarea más complicada: conseguir que tus alumnos se queden contigo mes tras mes y se conviertan en fijos.
Para facilitar que tus alumnos estén cómodos, es importante que les hagas la vida más fácil porque nadie que se apunte a yoga quiere estresarse por ir a yoga, ¿verdad?
Muchos estudios de yoga están optando por membresías más flexibles, en las que los alumnos tienen un número de clases al mes y pueden gastarlas cuando quieran. Obviamente, para que tu paz mental no se vea comprometida, tienes que contar con un software que gestione reservas y pagos para que no se te escape nada.
Por otro lado, si tus clientes están contentos ellos pueden convertirse en parte de tu estrategia de marketing y recomendarte a otras personas. ¡No hay mejor publicidad que una buena referencia!
Gestionar un estudio de yoga puede ser muy sencillo o muy complicado, en función de las herramientas de las que dispongas. A diferencia de los gimnasios, los estudios de yoga tienen un modelo de negocio orientado a clases y grupos cerrados o pago por usos. Sea cual sea tu modelo de negocio, si sigues gestionando tus grupos por WhatsApp y no logras hacer un pranayama sin que alguien te mande un mensajito para cambiar su clase... ¡es hora de que te modernices!